Cuatro pasos para optimizar su sistema de bombeo

La optimización de su sistema de bombeo puede ser el camino a seguir cuando sea el momento de reemplazar una bomba o de reducir drásticamente los costos.

Hay cuatro pasos que puede seguir para optimizar su sistema de bombeo.

Primero, reducir el cabezal del sistema. Reducir el cabezal del sistema y la energía requerida para lograrlo es el primer paso.

Jefe del sistema:

(1) La suma de la presión diferencial y la altura requerida para que la bomba eleve el fluido (cabeza estática),

(2) La resistencia (cabeza de fricción) generada cuando el fluido pasa a través de la tubería, 

(3) La suma de la resistencia producida por cualquier válvula parcialmente cerrada (cabezal de control).

De los tres, el cabezal controlado proporciona el mejor objetivo de ahorro de energía. La mayoría de los sistemas utilizan válvulas porque sus bombas son sobredimensionadas y requieren estrangulación para mantener el flujo adecuado. Para la mayoría de los sistemas con un cabezal de control excesivo y problemas continuos de mantenimiento, comprar una bomba más pequeña que cumpla mejor con los requisitos de flujo o cambiar a una bomba de velocidad variable permite al usuario reducir el cabezal de control del sistema y ahorrar en costos de energía y mantenimiento.

En segundo lugar, tasas de flujo o tiempos de ejecución más bajos.

Algunas bombas funcionan todo el tiempo, independientemente de que el proceso requiera todo el flujo o no. Cuando el sistema se desvía, los operadores pagan por la energía que no utilizan de manera eficiente. Hay dos formas de resolver este problema. Una es cambiar a una bomba de velocidad variable que pueda aumentar o disminuir el flujo según sea necesario. El segundo método consiste en utilizar una combinación de bombas, algunas más grandes y otras más pequeñas, y encenderlas y apagarlas según la demanda. Ambos métodos reducen el flujo de derivación y, por tanto, ahorran energía.

Tercero, modificar o reemplazar equipos y controles.

Si los ahorros de energía de una menor altura y menor caudal/tiempo de operación parecen atractivos, el propietario debería considerar reemplazar el equipo y los sistemas de control. Si el sistema utiliza una gran cantidad de válvulas para estrangular, reemplácelas con bombas más pequeñas que no requieran estrangulación y sean menos costosas de operar. Para sistemas con múltiples bombas y demanda fluctuante, una revisión puede incluir bombas más pequeñas o variables y lógica de control para encender y apagar las bombas automáticamente según sea necesario.

Cuarto, mejorar las prácticas de instalación, mantenimiento y operación.

Muchos problemas de mantenimiento comienzan con la instalación. Los cimientos agrietados o las bombas mal alineadas pueden provocar vibraciones y desgaste. Las tuberías de succión mal configuradas pueden causar desgaste prematuro debido a cavitación o carga hidráulica. Asegúrese de hablar sobre el soporte de instalación al comprar una bomba. Para aplicaciones críticas, tiene sentido pagar a un experto externo para la puesta en servicio de la bomba para garantizar que una bomba nueva funcionará según lo diseñado durante toda su vida útil.

Hay muchas formas de realizar el mantenimiento de rutina. Las bombas pequeñas y económicas que no satisfacen necesidades críticas pueden pagar el precio al no funcionar. El mantenimiento preventivo de rutina tiene sentido para la mayoría de las bombas. El mantenimiento predictivo (recopilar datos y utilizarlos para determinar cuándo deben intervenir los operadores) es una herramienta poderosa para mantener las bombas dentro de las especificaciones. Esto no tiene por qué ser complicado ni costoso: simplemente midiendo factores como la presión de la bomba, el consumo de energía y la vibración mensual o trimestralmente, los operadores pueden detectar cambios en la eficiencia y planificar acciones correctivas antes de que surjan problemas que podrían provocar fallas.